jueves, 9 de mayo de 2013

Vivian Maier, la maestra escondida



Vivian Maier, un caso precioso y a la vez curioso por varias razones. Era una completa desconocida, una niñera a media jornada, huraña y reservada hasta lo enfermizo, que dedicaba su tiempo libre a realizar fotografía callejera. En sus imágenes, pese a ser una aficionada toda su vida, están llenas de fuerza, destilan cercanía a los sujetos y revelan a una verdadera fotógrafa que aprendió muy bien la máxima de Robert Capa: si no está lo suficientemente bien, no estabas lo suficientemente cerca. Y ella lo estaba.



El caso es que nadie a lo largo de su vida supo que al conocerla conocía a una maestra de la imagen. Ni su casera, ni los niños que cuidaba o sus padres. 

En 2007 John Maloof estaba buscando información para escribir un libro de historia sobre Chicago NW Side llamado Portage Park y acudió a una subasta donde compró un archivo de fotografías por unos 380 USD. La casa de subastas había adquirido sus pertenencias de un almacén guardamuebles porque había dejado de pagar las cuotas.

John Maloof comenzó a revisarlo y lo desechó para su investigación. Decidió revelar una parte y revenderla en Internet. Fue entonces cuando el reputado crítico e historiador de fotografía Allan Sekula se puso en contacto con él para evitar que siguiera dispersando aquel material prodigioso y lleno de talento. Maloof, consciente del tesoro rescatado prácticamente de la basura, empezó un minucioso trabajo de investigación, recuperación y protección del archivo de Vivian Maier.
Aquello le movió a hacer fotografías similares. Compró la misma cámara Rolleiflex que tenía Vivian Meier y fue a los mismos lugares para hacer fotografías.

Gracias a la familia Gensburgs para la que Vivian había trabajado durante 17 años John Maloof pudo recuperar 2 cajones grandes que iban a ser tirados a la basura. Contenían correspondencia, recortes de periódico y carretes fotográficos en color.
De los 100.000 negativos, unos 20.000 o 30.000 todavía estaban en los carretes sin revelar desde 1960 a 1970. John Maloof consiguió revelar los carretes con éxito.
Los negativos que reveló Vivian estaban colocados en tiras y tenían la fecha y la localización escritas en francés.. John Maloof buscó más información en internet y encontró que había fallecido dos días antes de la búsqueda
Hacia el final de su vida quedó sin vivienda pero 3 personas a las que había cuidado de niños le pagaron el alquiler de un apartamento y cuidaron de ella hasta su fallecimiento en 2009


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